domingo, 4 de mayo de 2014

Historia del Hotel Vicente López

HOTEL VICENTE LÓPEZ


A que vecino de Vicente López no le ha llamado la atención esa antigua construcción muy bien conservada del tradicional Hotel Vicente López con su imponente arquitectura de estilo francés, el cual con su clásica cúpula pareciera que nos esta dando la bienvenida cuando pasamos por Av. Libertador y Melo en un típico paseo de fin de semana por la zona del bajo, recordándonos como eran esas casonas de principios del siglo pasado cuando éste era un típico lugar de veraneo y un paseo forzado de los vecinos que en verano buscaban un poco de fresco  a orillas del río.

La historia de los terrenos en el que se levanta la casona encierra gran parte de la historia de Vicente López. Remontándonos  al año 1580 cuando Juan de Garay reparte tierras entre los adelantados que lo acompañaron para la nueva fundación de la Ciudad de Buenos Aires le otorga la franja comprendida entre la calle Roca y Melo en el tramo que va desde el río hasta la actual Av. Constituyentes a Juan Ruiz de Ocaña. Luego de varias sucesiones en el año 1740  las tierras llegan a manos de José Marques quien construye la Capilla San Antonio, resultando ser la primera que se levantó en el actual Partido de Vicente López. En el año 1744 compra la Quinta San Antonio el Capitán José Ruiz de Arellano quien fuera el fundador de San Antonio de Areco, hasta que en el año 1763 la adquiere Pascual Ibáñez Echevarri quien era amigo del Virrey Vértiz, quien gustaba de pasar sus veranos en esta Quinta, por lo que la tradición le fue dando el erroneo nombre de “Quinta del Virrey”, a tal punto el Virrey pasaba largas estadías en este paraje que el Cabildo le tuvo que llamar la atención por que permanecía mucho tiempo alejado del lugar de sus funciones, lo que dificultaba avisarle rápidamente las novedades que se producían en el Virreinato..

Muchos fueron los dueños de esta quinta que se fueron sucediendo tras reiteradas ventas como ser el Obispo Azamor quien fuera Obispo de la Catedral de Buenos Aires, Juan José Castelli, Gaspar de Santa Coloma, Miguel José de Haedo hasta que la compra la familia Llavallol quienes dividen el terreno vendiendo la franja entre Haedo y Melo al Dr. Lloveras quien construye esta hermosa casona a la cual llamó “Quinta La Primavera”.

Entre 1900 y 1920 toda la zona cercana a la Av. Libertador se fue poblando de grandes casonas que eran visitadas por personalidades de la época, ésta en especial era visitada por Hipólito Yrigoyen quien era un huésped frecuente de la familia.

Al venderse la propiedad los distintos dueños fueron teniendo en ella distintos comercios, primero funcionó una confitería Suiza que era conocida como “El Të”, mas tarde comienza a funcionar en ella un club Nocturno llamado “La Ollantay”.  Hasta que la adquiere una señora italiana llamada Doña Enrica, quien en la década del 40 conoce a Don Aberardo Salvador, quien había llegado desde la Provincia de Salamanca, España, quien le alquila la propiedad con opción a compra, mientras la señora Enrica les alquilaba una de las habitaciones para vivir allí.

Aproximadamente en el año 1945 con lo recaudado por el alquiler de las habitaciones el matrimonio Salvador logra comprar primero el terreno donde se encuentra el actual estacionamiento y luego dos años más tarde el edificio en el que comenzaba a funcionar lo que sería mas tarde el Hotel Vicente López, pero bajo el primitivo nombre de Pensión “La Salamanca” donde también ofrecían comidas al público en general.
El matrimonio Salvador había tenido otra pensión familiar que constaba de departamentos en el Pasaje Bosch, a pocas cuadras del nuevo Hotel.  Al momento de la compra el edificio estaba en un estado de abandono bastante abanzado.

El señor Salvador nos comenta que el edificio fue construido por un sobrino de Hipólito Irigoyen a principios del siglo pasado para sus descansos de fines de semana.

El edificio a pesar de hallarse totalmente reciclado y en un excelente estado de conservación, gracias al buen criterio de los propietarios conserva su estructura original, su escalera interior de madera, sus puertas y ventanas originales. También las actuales sillas del área del desayunador son las que pertenecieron a la “Confitería Suiza” y fueron traídas desde de Polonia.

Hoy en día al entrar al Hotel nos sentimos trasladados a principios del siglo pasado a pesar de estar rodeados de un exquisito confort logrado a través de sus distintas remodelaciones.

 A pesar del paso del tiempo sigue siendo un clásico referente de la importancia que tenían los balnearios de la costa de Vicente López para los habitantes de Buenos Aires en aquellos tiempos.

Agradezco muy especialmente a la señora Alejandra Novello por su colaboración en la realización de esta nota.

DELIA SASSONE
Guía de Turismo   



3 comentarios:

  1. Gracias por despertar el recuerdo!!,hace tiempo que recordaba que,en los años 50 se llamaba de otro modo,pero no me salia la palabra "Salamanca"me ayuda a saber que no estoy tan demente!!ja ja

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  2. Puede ser q en los años 2000 haya funcionado el Hotel Cristoforo Colombo?

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